En lo enigmático, lo misterioso, lo desconocido no tiene que estar el enemigo. Es quizás lo que nos cuenta la historia que Gavilondo a ilustrado con la simplicidad de un niño. Un trazo minimalista, colores parejos, planos fue la solución del ilustrador para decirnos que “los otros” existen, que son como nosotros, feos, lindos, altos, gordos, flacos, complejos, simpáticos o malcriados, pero siempre hay una buena excusa para querer descubrirlos. La niña y los niños de Pedradas son los encargados de llevarnos más allá del muro.
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