El martes 17 de enero se presentó en La Habana el libro sobre la cartelística cubana, de Sara Vega Miche, de quien reproducimos sus palabras de agradecimiento.
“Agradezco a todos los que asisten a esta presentación y que no saben si podrán comprar el libro. A los amigos que vinieron por mí, porque se alegran por lo que de alguna manera resulta un premio a mi trabajo.
A todos los que durante mucho tiempo han colaborado conmigo en libros, exposiciones, conferencias, proyectos y en la tarea de documentación catalogación y completamiento tanto del fondo físico como digital de carteles de la Cinemateca de Cuba. Fotógrafos, restauradores digitales, personal de la Biblioteca Nacional y diseñadores, especialmente Claudio Sotolongo, quien no está aquí hoy, pero que desde que era un estudiante del ISDi trabaja conmigo como si recibiera un salario por sus ideas, por su dedicación, porque le conviene.
Especialmente agradezco a Luciano Castillo a quien pertenece esta idea de mirar con atención y en exclusiva, a los carteles producidos para la promoción del cine nacional los cuales, hasta ahora, no habían sido debidamente atendidos por estar en desventaja dentro de ese inmenso volumen que son los carteles realizados para filmes extranjeros. Él me hizo pensar en ese tema y descubrir cosas en las que no había reparado. A la embajada de España en Cuba cuyo apoyo resulto vital para llevar a vías de hecho esta publicación y por supuesto agradezco a Ignacio Rodríguez, Nacho, quien apoyó con fuerza y esfuerzo el libro y siempre estuvo al tanto de todo.
También agradezco a Gilberto Padilla, el editor, con quien se trabaja en libertad y con el que mantuve conversaciones fáciles e inteligentes con relación a la gráfica y a otros asuntos y que aportó sugerencias no solo en el campo de la edición sino también en el diseño.
Especial mención merece Alejandro Rodríguez, Alucho, quien es el responsable máximo del excelente diseño de este libro y con quien vivimos jornadas tensas debido a la premura de la entrega, lo cual ocurre siempre, pero que con su talento consiguió trasmitir la esencia del contenido y aporto soluciones atractivas y eficaces.
No puedo dejar de mencionar a Dawn y Alyssa, fotógrafos de la Universidad de Los Ángeles, California, quienes en una de sus visitas a la Isla con una rapidez olvidada por estos predios y de manera divertida lograron fotografiar los fondos de carteles de la Cinemateca, lo que sin dudas hizo posible la excelente reproducción de las obras que aparecen en este libro.
Finalmente a Reynaldo González quien gentilmente accedió a presentar El cartel cubano llama dos veces y recordar mi trabajo durante el tiempo en que también lo incentivó durante los años en que dirigió la Cinemateca de Cuba.
A todos gracias por estar aquí”