CUADERNOS CARCELARIOS. SELECCIÓN DE RELATOS CUBANOS

La Colección Arte Impossible inaugura su andadura con un libro escrito por creadores privados de libertad en las cárceles cubanas. La obra, ilustrado por Luis Trápaga, sitúa el relato de temática carcelaria a partir del prólogo Literatura y prisión: a propósito de una isla, así como incluye un decálogo ilustrado y dos relatos de autores consagrados que escribieron sobre la prisión.

Cuadernos carcelarios selecciona trece relatos, once de ellos escritos por reclusos cubanos miembros de un taller literario de un municipio habanero, y los dos restantes de la autoría de Carlos Montenegro, pionero de este género en Cuba, y Ángel Santiesteban, escritor contemporáneo que ha sufrido prisión y publicado libros al respecto.

El sexo, la violencia aparejada al entorno carcelario, la fuga del reclusorio y del país, son algunas de las temáticas que abordan estos autores, casi siempre basadas en experiencias personales. Los textos de Cuadernos carcelarios muestran un lenguaje directo, y siempre descarnado, sobre una realidad que se torna insoportable, aunque en algunos casos destellan chispas de humor como válvula de escape, ante una situación límite.

Los relatos de la presente antología han sido ilustrados por el artista de la plástica cubana Luis Trápaga, cuyos dibujos no solo abordan el encierro en la cárcel, sino que también hacen referencia al individuo en su máxima expresión. Además, en ocasiones, el artista muestra al sujeto capturado por la maquinaria carcelaria, en la realidad cubana. Es, en definitiva, el individuo enrejado, como componente fundamental de la “isla-prisión”.

Los autores

Daviel Prieto Olay (Pinar del Rio, 1985); Raúl Pedro García Rouco (La Habana, 1977); Madalina D. Cobián González (La Habana, 1970); Jesús Lacier Ortiz Hechavarría (La Habana, 1992); Daniel Fuentes Ferrer (La Habana, 1995); Carlos Montenegro (La Coruña, 1900); Ángel Santiesteban (La Habana, 1966); Ernesto Arcía Fuentes Noel (Guantánamo, 1966).

Ilustrador: Luis Trápaga

Selección y edición: Jorge Carpio

Obra de cubierta: Ángel Hernández

ISBN: 978-84- 123798-0-8

PVP: 16 euros

Animación: la otra narrativa del arte cubano

Publican Los flujos de la imagen, primer libro sobre animación en la isla.

POR: Iris Cepero. ARTEPOLI

La reciente publicación del libro Los flujos de la imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013), de la comisaria, crítica e investigadora cubana Caridad Blanco, marca un hecho inédito en Cuba al ser el primero que analiza la animación como arte y como puente entre las artes visuales, el cine, la televisión, el diseño e internet.

Publicado por la editorial española Hurón Azul, el volumen parte de la exposición Las otras narraciones, inaugurada como parte del 6to Salón de Arte Contemporáneo Cubano en el 2014 y pone en su contexto el fenómeno que esta muestra, por inédita y desprejuiciada, significó en el salón mismo y en el universo expositivo de las artes cubanas de la segunda década del siglo XXI. El libro es, cinco años después, la continuidad de la visión, profundamente abarcadora, de su autora al analizar, como lo hiciera revolucionariamente la muestra en su momento, todas las creaciones donde la animación toma un rol protagónico, independientemente del formato, la generación o las militancias estéticas de sus creadores o las circunstancias en que las obras fueron creadas.

En una edición bilingüe español/inglés, con imágenes de más de 170 obras de 120 creadores cubanos, las páginas de Los flujos de la imagen incluyen videoarte, videoinstalaciones, obras interactivas, game mods, spots, mensajes de bien público, videoclips, créditos, microstock, Net.art, videoensayos, mapping y performances audiovisuales, junto a cortos animados, documentales, filmes experimentales y efectos visuales. Al también descubrir y analizar los antecedentes de la animación en Cuba y el efecto de los nuevos medios y tecnologías, el libro se convierte en una sugerente cartografía del audiovisual cubano contemporáneo; un mapa de las formas animadas en Cuba, al decir de Jorge Fernández, director del Museo Nacional de Bellas Artes al presentarlo en la XIII Bienal de La Habana el pasado mayo. “Consigue sistematizar los estudios sobre el audiovisual cubano en diferentes ámbitos de expresión, convirtiéndose en memoria de una parte ignorada de la creación experimental, desde la década del sesenta hasta el presente, reconociendo los valores (y legitimando) manifestaciones audiovisuales que han tenido dificultades para su reconocimiento artístico.“

Para Caridad Blanco (La Habana, 1961), especialista del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de Cuba durante más de dos décadas y autora del libro, este es “… la memoria de un largo período de investigación que me ha revelado a la animación como expresión expandida, una arista fecunda de la imagen en movimiento. Con el libro me interesa compartir un proceso que se dio en Cuba de manera puntual, pero que se desborda hacia lo universal, socializar las particularidades de lo ocurrido en la Isla, así como poder dialogar en alguna medida con lo global en materia de animación independiente. Este es un intercambio posible solo ahora tras la publicación de Los flujos de la imagen por parte de la editorial madrileña Hurón Azul”.

Otro de los grandes valores del libro, como lo fue la exposición que es su punto de partida, es el análisis abarcador y desprejuiciado del género animación. En el libro la autora cataloga el fenómeno creador y valoriza este arte, pero sin pretender ser concluyente, ni planteárselo como una antología, al partir de una mirada que integra sin jerarquías expresiones artísticas disímiles conectadas a través de la animación, para ofrecer una panorámica analítica de esta expresión artística, sin prejuicios o preferencias, precisamente uno de los valores más celebrados de la muestra misma cinco años atrás.

En entrevista con Artepoli, Caridad Blanco actualiza sobre el actual momento de la animación en Cuba. “El libro Los flujos de la imagen, capta un momento excepcional de la animación como arte en Cuba, fuera del ámbito institucional, y del cine como expresión hegemónica. Ese período de excepción de florecimiento y desarrollo ha decaído a partir del 2014 por razones diversas: económicas, de preparación de los artistas, pues la formación de un animador es un proceso largo, como largo y arduo es el proceso una obra animada; agotamiento de los artistas. No obstante, se siguen creando algunas buenas obras (videoarte, cortos animados, videoclips, efectos visuales, performances audiovisuales, etc.), por realizadores que ya el libro compila y algún que otro emergente, a lo que se suman experiencias artísticas que incluyen la realidad aumentada”.

“En el último lustro, se produjo –paulatinamente- una reducción significativa en el número de los trabajos, tanto en la televisión, en los estudios de animación del ICAIC, como entre los creadores independientes, si se compara con las recogidas en el libro. Durante los años 2017 y 2018 en la Muestra Joven ICAIC se tornó muy notable esa merma y también la falta de excelencia en lo presentado a concurso. Una situación que se tornó más aguda en 2019, y fue tan escasa la participación de los artistas que los organizadores no convocaron al premio de animación.”

Varias muestras nacionales e internacionales han dado visibilidad a las creaciones animadas cubanas durante los pasados cinco años, pero será la exposición Formas animadas, ya programada en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba para enero del 2021, y focalizada en la video creación y otras expresiones experimentales, la que volverá a analizar y celebrar la animación en la isla como Los flujos de la imagen hace en este momento.

'Los flujos de la imagen'
‘Los flujos de la imagen’. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013), de la comisaria, crítica e investigadora cubana Caridad Blanco.

Enlace a publicación: https://artepoli.com/animacion-la-otra-narrativa-del-arte-cubano/

 

Bitácora de cine cubano. Tomo 4: Producción ICAIC (1960-2017). Volumen III

Compilar la vasta producción de cine documental del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), desde su fundación, el 24 marzo de 1959 hasta el año 2017 es la razón de ser de este cuarto y último tomo.

Los primeros títulos producidos en esta categoría con un carácter marcadamente didáctico- informativo para promover los logros y conquistas de la naciente Revolución, pronto ceden su paso a otros de mayor elaboración formal y una atinada conjunción de lo político y lo popular, reveladores de un conjunto de cineastas —formados sobre la marcha ante la inexistencia de una escuela de cine—, que llaman la atención desde que comienzan a participar en certámenes internacionales.

Ya en el temprano año de 1961 el jurado del  Festival Internacional de Cine Documental de Leipzig, República Democrática Alemana, otorgó un Premio al mejor programa al conjunto de filmes  cubanos,  exhibidos en el certamen.   A  partir de esa  edición del festival cada  año la presencia  del  documental  cubano  fue  subrayada  por  los  reconocimientos  recibidos,  en especial al ganar por primera vez el máximo galardón: la Paloma de Oro por Historia de un ballet (1962), de José Massip. El cronista del Tercer Mundo, Santiago Álvarez, documentalista intuitivo, se alzó cinco veces con el lauro por sus obras: Ciclón (1963), Now! (1965), considerada como  un  antecedente  del  videoclip,  Cerro  pelado  (1966),  Hanoi,  martes  13  (1967)  y  79 primaveras (1969). Otros creadores de la isla también atesoran el premio: Octavio Cortázar por el clásico Por primera vez (1968) y Orlando Rojas por el largometraje A veces miro mi vida (1982).

La  llamada  Escuela  Documental  Cubana,  marcada  por  una  gran  diversidad  estilística,  se impuso por derecho propio en la década fundacional de los años sesenta, fue consolidándose en los setenta y ochenta y en el 2009 alcanzaba la cifra de 1191 títulos.

El lenguaje documental ejerció gran influencia sobre el cine cubano de ficción —sobresalen en este sentido Memorias del subdesarrollo, La primera carga al machete (1969), de Manuel Octavio Gómez y De cierta manera (1974), de Sara Gómez—, al mismo tiempo que recursos del cine de ficción enriquecieron las propuestas de los documentalistas cubanos. Con gran derroche imaginativo y una inmersión en los más variados temas, la documentalística de la isla mayor de Las Antillas amerita por su envergadura y trascendencia el tomo íntegro que le concede la Bitácora del cine cubano.

 

Impresión: Offshet

Formato: 220x266mm

Interior: Papel 100 gr blanco impreso a una tinta.

Cubierta: Cartulina 30 gr impreso a 4 tintas por una cara con solapas de 100mm con plastificado brillo.

Encuadernación: Rústica cosido hilo.

Número de ejemplares: 500

Animación: la imagen que fluye. Publican Los flujos de la imagen, primer libro de animación en la isla.

'Los flujos de la imagen'

Iris Cepero

 

La reciente publicación del libro Los flujos de la imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013), de la comisaria, crítica e investigadora cubana Caridad Blanco marca un hecho inédito en Cuba al ser el primer libro que analiza la animación como arte y como puente entre las artes visuales, el cine, la televisión, el diseño e internet.

El volumen parte de la exposición Las otras narraciones, inaugurada como parte del 6to Salón de Arte Contemporáneo Cubano en el 2014 y pone en su contexto el fenómeno que esta muestra, por inédita y desprejuiciada, significó en el salón mismo y en el universo expositivo de las artes cubanas de la segunda década del siglo XXI. El libro es, cinco años después, la continuidad de la visión, profundamente abarcadora, de su autora al analizar, como lo hiciera revolucionariamente la muestra en su momento, todas las creaciones donde la animación toma un rol protagónico, independientemente del formato, la generación o las militancias estéticas de sus creadores o las circunstancias en que las obras fueron creadas.

En una edición bilingüe español/inglés, con imágenes de más de 170 obras de 120 creadores cubanos, las páginas de Los flujos de la imagen incluyen videoarte, videoinstalaciones, obras interactivas, game mods, spots, mensajes de bien público, videoclips, créditos, microstock, Net.art, videoensayos, mapping y performances audiovisuales, junto a cortos animados, documentales, filmes experimentales y efectos visuales. Al también descubrir y analizar los antecedentes de la animación en Cuba y el efecto de los nuevos medios y tecnologías, el libro se convierte en una sugerente cartografía del audiovisual cubano contemporáneo; un mapa de las formas animadas en Cuba, al decir de Jorge Fernández, director del Museo Nacional de Bellas Artes al presentarlo en la XIII Bienal de La Habana el pasado mayo.

Para Caridad Blanco (La Habana, 1961), especialista del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales de Cuba durante más de dos décadas y autora, con el libro le interesa “compartir un proceso que se dio en Cuba de manera puntual, socializar las particularidades de lo ocurrido en la Isla, así como poder dialogar en alguna medida con lo global en materia de animación independiente.”

Otro de los grandes valores del libro, como lo fue la exposición que es su punto de partida, es el análisis abarcador y desprejuiciado del género animación. En el libro la autora cataloga el fenómeno creador y valoriza este arte, pero sin pretensiones de antología; es una mirada integradora, sin jerarquías, una visión panorámica y analítica de esta expresión artística, sin prejuicios o preferencias.

Caridad Blanco piensa que, sin embargo, en el último lustro, se produjo —paulatinamente— una reducción significativa en el número de los trabajos, tanto en la televisión, en los estudios de animación del ICAIC, como entre los creadores independientes, si se compara con las recogidas en el libro. Las razones son diversas: económicas, de preparación de los artistas, pues la formación de un animador y de una obra es un proceso largo;  agotamiento de los artistas. No obstante, se siguen creando algunas buenas obras por realizadores que ya el libro compila y algunos emergentes.

En los últimos años, varias muestras nacionales e internacionales han dado visibilidad a las creaciones animadas cubanas, pero será la exposición Formas animadas, ya programada en el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba para enero del 2021, y focalizada en la video creación y otras expresiones experimentales, la que volverá a analizar y celebrar la animación en la isla como Los flujos de la imagen hace en este momento.

 

Para más información y adquirir un ejemplar:

http://huronazul.es/product/los-flujos-de-la-imagen/

 

 

 

 

Presentan libro sobre la animación en Cuba

Ernesto Cuní • Cuba
lajiribilla@cubarte.cult.cu

Los flujos de la imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013) (Ediciones Hurón Azul, 2019), de la investigadora Caridad Blanco de la Cruz, fue presentado en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) Wifredo Lam, como parte de las actividades finales de la XIII Bienal de La Habana, 2019.

Los flujos de la imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003 – 2013).

El volumen es resultado de una profunda investigación sobre la animación en Cuba, a raíz de la exposición de igual nombre. Aborda todo lo relacionado con esta especialidad, inédita dentro y fuera de la nación cubana, y se revela como una memoria de los procesos creativos vinculados al audiovisual en el país.

Es el primer libro que se realiza en Cuba, y tal vez en el mundo, sobre la animación independiente en la Isla y se sustenta desde una rica praxis local, según su autora. Refiere todo lo acontecido en una década de creación vinculada a las nuevas tecnologías, desde un enfoque avanzado del pensamiento en torno a este tipo de imagen.

Aproximaciones al trabajo de artistas de diferentes generaciones y estéticas en el género, son esbozadas desde el escrutinio ensayístico de Caridad Blanco, conformando un perfil inédito del audiovisual nacional. El volumen está compuesto por tres textos capitales, y abarca videoarte, videoinstalaciones, obras interactivas, spots, mensajes de bien público, videoclip, videoensayo, mapping y performances audiovisuales, junto a cortos animados, documentales, filmes experimentales y efectos visuales.

Esta edición bilingüe contiene más de 600 imágenes y es un compendio de obras de 120 artistas visuales, plásticos, cineastas y diseñadores, consagrados y noveles; entre ellos Lázaro Saavedra, Luis Gómez, Alexander Arrechea, Carlos Garaicoa, Sandra Ramos, Glenda León, entre otros.

El texto fue presentado por Jorge Fernández, especialista, curador e investigador de las artes plásticas, quién catalogó al libro como atlas de la animación cubana: “Aparecen aquí no solo los artistas habituales, sino todos los que participan en la visualidad animada en Cuba, es un antes y un después”.

Jorge Fernández, presentador del volumen, junto a la autora Caridad Blanco de la Cruz.
 

Además, subrayó que “pone en crisis las taxonomías”, refiriéndose a que la animación no tiene clasificaciones previas: esto lo revela el volumen, así como también las influencias. Además, hace mención a los fundadores del género, algunos desconocidos totalmente, como Jesús de Armas.

La autora agradeció la posibilidad de la publicación y dijo estar contenta con el resultado. “Me ha revelado la animación como una expresión abierta, expandida; una arista fecunda de la imagen en movimiento sobre la que llamo la atención desde el arte contemporáneo”, afirmó.

Confesó que era de su interés mostrar un proceso que se dio en Cuba de manera puntual, pero “desde la perspectiva de las formas animadas que se desbordan a lo universal; socializar las particularidades de lo ocurrido en Cuba, así como poder dialogar con lo global en materia de animación independiente”.

Numeroso público asistió a la presentación, entre ellos, artistas referidos en el libro.
 

Ediciones Hurón Azul, sello español de reciente creación, surge a raíz de las colecciones cubanas de Ediciones La Palma, dedicadas a la promoción de la literatura cubana. Su propuesta abarca tres colecciones: 23 y 12, destinada a la cinematografía, la fotografía y el audiovisual cubano; Mujeres de nieve, dirigida a la literatura femenina, y Caracol nocturno, dedicada a la poesía y a los clásicos cubanos.

A la presentación asistió Jorge Peralta, agregado cultural de la Embajada de España en Cuba, artistas referidos en el libro, especialistas del tema y público en general.

http://www.lajiribilla.cu/noticias/presentan-libro-sobre-la-animacion-en-cuba

Entregan Premios Nacionales de la Crítica de Arte y de Curaduría

CUBARTE | 30 Ene 2017

premio Cubarte

En el contexto del XLIX Congreso de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, AICA, que concluirá mañana en esta Capital; este viernes fueron entregados en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam el Premio Nacional de la Crítica Guy Pérez Cisneros y el Premio Nacional de Curaduría.

En el primero de ellos, un jurado presidido por Rafael Acosta de Arriba decidió otorgar excepcionalmente de forma compartida el Premio en la categoría de Ensayo a “Los flujos de la imagen”, de Caridad Blanco de la Cruz y a “Mujeres fotógrafas y fotografiadas en el siglo XIX cubano”, de Grethel Morell Otero.

Estos ensayos destacaron igualmente por el rigor investigativo, el acertado manejo del instrumento metodológico con el cual interpretaron la información acopiada; así como por contribuir a la historiografía del arte cubano.

Asimismo, recibieron menciones los ensayos “El espacio cualificado”, de Beatriz Gago y “Como el pez en el agua. Apuntes y consideraciones sobre la obra de Manuel Mendive”, de Darys Vázquez.

En la categoría de Géneros periodísticos de opinión fue premiado “Otra vuelta de tuerca en la fotografía de Ernesto Javier Fernández”, de Nelson Herrera Ysla, por su excelente valoración crítica sobre la obra del artista analizado, el nivel de síntesis, la profundidad y riqueza de la interpretación del quehacer de este creador.

Las menciones fueron otorgadas a “El arte cubano y la diáspora. Claves para armar y desarmar”, de Nahela Hechavarría Pouymiró; “Un artista que se baña en el Ganges (Una artista que se baña en el zen y la house music)”, de Elvia Rosa Castro Marín; “Arte cubano a la hora del mercado: a propósito de Post-it 3”, de Hamlet Fernández Díaz; “Cartografía de un pensamiento. La obra de Tonel”, de Hilda María Rodríguez Enríquez y a “Si de intimidades se trata…bojeo a la obra de Lidzie Alvisa”, de Julienne López Hernández.

El Premio Nacional de Curaduría, en la categoría de Exposición colectivalo recibió “Ardid para engañar al tiempo”, de la curadora Delia María López Campestrus, por la investigación realizada sobre la Vanguardia, representándose lo mejor y más valioso de aquella etapa del cambio de siglo, poca apreciada por nuestros investigadores.

En la categoría de Exposición personal el premio recayó en “Base/Superestructura”, curada por Lázaro Saavedra y Corina Matamoros, en atención a la alta calidad de la propuesta del binomio curador-artista, y a la diversidad de medios empleados para realizar el recorrido a través de la obra de Saavedra.

El jurado decidió otorgar menciones a “Habitat”, de Yainet Rodríguez y a “Grupo Punto. 20 años”, de Danilo Vega Cabrera y Adrián Rumbaud.

Los premios fueron entregados por Rubén del Valle Lantarón, presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas y Marek Bartelik, presidente de AICA Internacional, junto a otros funcionarios del sector de la cultura.

Cartografía de hacia dónde va la animación cubana

CUBANOW, 10 de mayo de 2019

Texto y Fotos: Maya Quiroga

Como parte de la XIII Bienal de la Habana tuvo lugar la presentación del libro Los flujos de la Imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013), de la investigadora Caridad Blanco de la Cruz (La Habana, 1961), en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) “Wifredo Lam”.

En sus palabras de introducción Jorge Fernández, Director del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) manifestó que este texto tiene como antecedentes una exposición titulada Las otras narraciones que se inauguró en 2014 en el Centro Lam, como resultado de una investigación minuciosa que durante años ha realizado la curadora, crítica de arte e investigadora Blanco de la Cruz.

Los flujos de la Imagen…marca un antes y después al generar una cartografía, un mapeo de hacia dónde va el género en Cuba, advierte Fernández y añade que Caridad sitúa en el epicentro de esta investigación a los fundadores de la animación experimental entre los que no se puede dejar de mencionar a Jesús de Armas, ese gran desconocido. Otro pionero en la Isla es Tulio Raggi, asociado a los Estudios de Animación del Icaic.

presentación LH_Flujos

En opinión del director del MNBA el volumen alerta sobre problemas reales que hoy tenemos pues la animación sigue siendo una disciplina donde intervienen especialistas de formación empírica al no existir como una especialidad en los estudios académicos.

Como bien se señaló en la presentación este texto bilingüe convida a ver la animación experimental de manera inclusiva, como expresión que trasciende el cine y se estudia por vez primera desde el arte contemporáneo con una perspectiva inédita.

La ensayista atiende los préstamos que se producen entre distintas disciplinas desde el dibujo cuadro a cuadro del cine animado hasta vertientes de las artes visuales contemporáneas como pueden ser el video arte, la video instalación y el mapping.

En el libro –que tiene una plataforma de pensamiento detrás– aparecen recogidas unas 170 creaciones de 120 artistas visuales, cineastas, diseñadores y realizadores de televisión como Lázaro Saavedra, Sandra Ramos, Glenda León, Raupa, Juan Padrón y Ernesto Piña, por citar algunos ejemplos.

El texto vio la luz bajo el sello madrileño Hurón Azul y su colección 23 y 12, dedicada al séptimo arte. Esta primera edición de Los flujos de la Imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013), consta solamente de 100 ejemplares y mediante su comercialización se financiará una reimpresión con mayor tirada.

Caridad Blanco de la Cruz es Licenciada y Máster en Historia del Arte por la Universidad de La Habana (1984 y 2002) y actualmente se desempeña como especialista del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV). Ha sido galardonada con el Premio Nacional de Crítica de Arte “Guy Pérez Cisneros”, en los años 2000, 2012 y 2016.

En calidad de curadora de arte ha organizado exposiciones en el CDAV, la Galería Habana de Cuba, el CAC “Wifredo Lam” y el MNBA. Además, ha realizado esa labor en galerías de Reino Unido, Colombia y los Estados Unidos de América.

Bienal de Arte de La Habana: Flujos animados de una década

ARTE POR EXCELENCIAS

Jorge Fernández Era

Un viejo proyecto de la curadora, crítica de arte e investigadora Caridad Blanco de la Cruz acaba de tener su consecución con el lanzamiento en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, y como parte de la XIII Bienal de La Habana, del libro Los flujos de la imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013), que en primera edición ha sido impreso en Málaga, España, con la ayuda de la embajada de ese país en Cuba, representada por Jorge Peralta, su consejero cultural.

Tal y como se lee en la solapa, el texto «convida a ver la animación de manera inclusiva, como expresión que trasciende el cine y que es estudiada desde el arte contemporáneo. El volumen reflexiona sobre el universo audiovisual cubano a partir de una perspectiva inédita, pues perfila —desde lo contextual— un concepto expandido de la animación como imagen temporal, cuyo avance ha sido potenciado por los nuevos medios tecnológicos y por su socialización».

Caridad es especialista del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, y en su extenso currículo sobresalen la obtención en tres oportunidades (2000, 2012 y 2016) del Premio Nacional de Crítica de Arte Guy Pérez Cisneros, los Premios de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y de la Fundación Ludwig de Cuba en el Concurso Examen de Conciencia 1996, así como el Premio Nacional de Curaduría 2003 por el proyecto Maneras de inventarse una sonrisa, presentado por ella en la VIII Bienal de La Habana. Curadurías con su firma han podido visualizarse en Cuba, Estados Unidos, Reino Unido y Colombia.

presentación LH_Flujos2

El profuso ensayo fue resultado de la exposición Las otras narraciones, que se realizara en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam en el año 2014, y así lo reseñó Jorge Fernández Torres, actual director del Museo Nacional de Bellas Artes, quien hace un lustro estuvo al frente del Lam: «Caridad sabía que no podía quedarse solo en una exposición. Las exposiciones son muy buenas, son interesantes, las disfrutamos los que tenemos la oportunidad de ser testigos presenciales de un determinado acontecimiento, pero después, si no queda un libro, todo se pierde en el camino. Lo más importante fue su perseverancia, que es parte de su personalidad, de su naturaleza: luchó encarecidamente por que se hiciera este libro que hoy estamos disfrutando y que allana el camino a muchos de los jóvenes investigadores que vendrán detrás, porque Los flujos de la imagen. Una década de animación independiente en Cuba (2003-2013) es un antes y un después».

La autora del libro destacó que la presentación en La Habana era una fiesta para el audiovisual cubano por haber conseguido su publicación con la colaboración de Banco Sabadell y de la Agencia Española de Colaboración Internacional. «Este libro es la memoria de un largo periodo de investigación que me ha revelado a la animación como una expresión abierta, expandida, una arista fecunda de la imagen en movimiento sobre la que llamo la atención desde el arte contemporáneo. Me interesa compartir un proceso que se dio en Cuba de manera puntual, pero desde una perspectiva en torno a las formas animadas que se desborda hacia lo universal. Socializar las particularidades de lo ocurrido en la Isla, así como poder dialogar en alguna medida con lo global en materia de animación independiente, es una posibilidad que solo ahora se abre. Los flujos de la imagen… es una singularidad en nuestro contexto y tal vez no sea solo el primer libro sobre la animación independiente en Cuba, sino también el primero a nivel hemisférico que aborda esta temática y se sostiene desde una rica praxis local».

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